Albert Martin Claver, a quien, con cariño, el medio y sus amigos conocemos como Tito, cumplirá 91 años el próximo primero de enero.

Amante de las motos desde su adolescencia, su primera experiencia en dos ruedas fue sobre una bicicleta motorizada marca Cucciolo (cachorrito en italiano), una icónica máquina de cuatro tiempos, válvulas a la cabeza, dos velocidades y 48cc, la cual fue precursora de una gran historia.

Tito, hijo de emigrantes españoles, nació en Buenos Aires, y como buen hijo de emigrantes, a los 31 años emigró a los Estados Unidos recién casado, convirtiéndose en poco tiempo en ciudadano americano. Décadas después, al desposarse en segundas nupcias con una mexicana, su nueva esposa fue la causa de que su destino lo trajera a nuestro país.

A los 16 años, Tito conoció las primeras emociones conduciendo las motos de sus dos más cercanos amigos; una BSA Bantam 125cc y una CZ checoslovaca 125cc, ambas del año… 1948.

A sus 17 años, trabajó en una compañía argentina de importación de motocicletas húngaras marca Csepel de 125cc y 250cc, en las cuales experimentó sus primeras experiencias como corredor en pistas. Entre las carreras que nuestro personaje recuerda con más cariño, están la de “Seis horas de la Ciudad de Buenos Aires en” 1957; “300 kilómetros Club Motociclista Porteño” en 1960, así como numerosas competencias en motoneta.

En Estados Unidos, Tito se integró a un grupo de amigos argentinos amantes de “los fierros”, con los que arreglaba y corría motos y autos, principalmente en California, acumulando todo tipo de experiencias, además de participar en un sinfín de exposiciones y todo tipo de eventos en torno al hobby de “los fierros”, como le llamaban a esta pasión.

Su última moto fue una Yamaha Seca 750cc, de la cual se despidió para emigrar a México. Cuando le preguntan por qué no tiene moto aquí, suele responder: “A mi edad los huesos tardan más en soldarse.