Hidalgo es un estado que lo tiene todo para una escapada en moto: curvas, caminos rurales, pueblos mágicos, historia minera y paisajes que parecen de otro mundo. Sus rutas atraviesan sierras cubiertas de niebla, bosques de oyameles y formaciones rocosas únicas. Es un destino perfecto para quienes buscan salir de la rutina y conectar con la naturaleza y la cultura local.
Comienza tu aventura en Pachuca, la capital del estado, conocida como “La Bella Airosa”. Aquí puedes desayunar unas tradicionales pastes en el centro y visitar el Reloj Monumental, un ícono de la ciudad con fuerte herencia inglesa.

Desde Pachuca toma rumbo hacia Real del Monte, uno de los pueblos mágicos más emblemáticos de México. El camino es entre montañas envueltas en neblina, ideal para motos doble propósito o touring ligeras. Al llegar, recorre sus calles empedradas, visita el Panteón Inglés y prueba la gastronomía local, especialmente los pastes y el pan de pulque.
Real del Monte es una joya minera con alma bohemia y vistas que cortan la respiración.

Continúa hacia Huasca de Ocampo, otro pueblo mágico que parece sacado de un cuento. Para llegar, tomarás un tramo con muchas curvas suaves, rodeado de bosque. Aquí puedes visitar los famosos Prismas Basálticos, una maravilla geológica perfecta para una buena foto.
Haz una parada en la Exhacienda de Santa María Regla, un lugar lleno de historia y arquitectura impresionante. Huasca es ideal para una noche tranquila entre chimeneas, fogatas y cielo estrellado.

Al día siguiente, toma la ruta hacia la Peña del Aire en Acatlán. Esta es una parada para quienes buscan un poco más de adrenalina: el camino de terracería es ideal para motos tipo trail o enduro. La recompensa es una vista espectacular desde un mirador natural que parece flotar sobre un cañón.
Aquí también puedes lanzarte en tirolesa o simplemente disfrutar del viento y la inmensidad del paisaje.

Para cerrar tu ruta con broche de oro, dirígete hacia Mineral del Chico, una joya escondida en el Parque Nacional El Chico. Sus caminos estrechos, sus curvas entre pinos y el olor a bosque lo convierten en uno de los tramos favoritos para motociclistas.
Aquí puedes hacer senderismo, escalar o simplemente descansar con un café caliente en una cabaña. Es un lugar perfecto para relajarte después de varios kilómetros en ruta.

Este recorrido puede hacerse en un fin de semana largo, pero si lo tuyo es rodar sin prisa, tres o cuatro días te permitirán disfrutar cada parada. Gracias a su cercanía con la CDMX, Hidalgo es una opción accesible y rica en experiencias para motociclistas de todos los niveles.
Hidalgo te espera con historia, aventura y caminos que parecen diseñados para disfrutar sobre dos ruedas.