El sistema de frenado de tipo ABS, en una opción tecnológica muy utilizada últimamente en la industria del motor, tanto en autos como en motocicletas; este adelanto, inicio siendo parte de motocicletas especialmente deportivas, permitiéndole un mejor agarre durante las curvas que estas disciplinas exigen.
Toda esta tecnología está desarrollada gracias a la electrónica, a varios sensores, y a una pequeña unidad de cálculo que determina como debe actuar o funcionar este sistema de ayuda de ABS en curva. Pero la clave está en los componentes electrónicos que permiten a esta unidad de cálculo funcionar correctamente. Estos componentes electrónicos son muy similares al microchip de un ordenador, y son el hardware que da vida a plataformas como los giroscopios o los acelerómetros. Estos componentes son los llamados Sistemas Microelectromecánicos.
Gracias a estos sistemas, la unidad de cálculo puede decirle al sistema de freno exactamente cuándo deben intervenir. Los chips electrónicos se inventaron en los años 50 y en la década de 1980 los MEMS ya eran una realidad. La aplicación de esta tecnología enfocada a los giroscopios y acelerómetros de una moto sí que es más reciente.
Estos acelerómetros usan “micro-pesas” (masas sísmicas) selladas al vació. Cuando la unidad MEMS percibe un movimiento, la inercia que reflejan estas pesas por permanecer en su sitio ofrece una información respecto el resto de la unidad. Dicho de otro modo, estas pesas o masas sísmicas sufren un movimiento (microscópico) cuando la moto acelera, inclina o frena. Para determinar “cuánto” se han movido por culpa de estas acciones, los MEMS van entrelazados con los sensores de posición fija correspondientes con una corriente eléctrica que fluye a través de ellas. Según vayan aumentando estas distancias de las masas sísmicas y los sensores de posición fija, su capacidad eléctrica se ve alterada y revela su posición. Gracias a esto la unidad MEMS puede detectar la dirección y el nivel de aceleración.
A pesar de esta ciencia compleja, las unidades de MEMS son relativamente baratas, propiciando el empleo cada vez más presente en motos de calle y no necesariamente en motos super deportivas (y caras).
El ABS en curva se basa en plataformas inerciales de 6 ejes, de las que un ordenador o unidad de cálculo determina cuándo y cuánto hay que dejar de frenar cuando percibe movimiento abrupto en la trayectoria de la moto y un exceso de mordida en el freno delantero. Para ello precisa la información tanto de los acelerómetros como de los giroscopio.