En la década de los setenta, nació un proyecto innovador gestado por dos visionarios, la Quasar, una moto revolucionaria que, a primera vista, desafiaba por completo las convenciones establecidas en el mundo de las motocicletas, aunque, lamentablemente, no alcanzó su ambicioso objetivo.
Denominada “moto” por sus dos ruedas y motor, la Quasar presentó un bastidor multitubular que esculpía una jaula similar a la carrocería de un automóvil. Construida en fibra de vidrio, destacaba por su morro en forma de cuña con un parabrisas laminado y limpiaparabrisas, además de suspensión alternativa y dirección de tipo Di Fazio.
La iluminación, con un doble faro circular y un amplio piloto trasero, junto con un espacioso maletero, añadieron detalles culturales a su diseño. Las llantas de aleación de 18” fueron especialmente encargadas, y su sistema de frenado de doble disco delantero y disco trasero marcó un hito, al igual que sus neumáticos sin cámara desarrollados por Avon.
El habitáculo, con siete relojes Smith e interruptores eléctricos de coche, ofrecía confort incluso en invierno, con chorros de aire caliente provenientes del radiador dirigidos hacia las manos del conductor, emulando la sensación de un coche.
La disposición única del asiento de cuero, al estilo de los coches deportivos, y la posición del piloto, a escasos 50 centímetros del suelo con las piernas estiradas hacia adelante, contribuían a una experiencia de conducción única. La aerodinámica excepcional permitía alcanzar los 160 km/h, mientras que su eficiencia de consumo le otorgaba una autonomía de 350 km con un depósito de 18 litros.
El motor frontal, inicialmente proveniente de un automóvil Reliant británico y luego adaptado con motores de Honda VF 750 y Suzuki GS 1000, refleja la evolución técnica de la Quasar. Desde su lanzamiento en 1976 hasta su desaparición a principios de los años 80, solo se construyeron 21 unidades, dejando un legado escaso pero significativo. Los creadores, Malcolm Newell y Ken Leaman, nunca obtuvieron beneficios financieros, pero su historia arranca en 1968 y culmina con la independencia de la empresa Romarsh Special Products en 1980, demostrando la perseverancia de dos soñadores en la búsqueda de la innovación.