En la prehistoria de los grandes premios de motociclismo mundial, un diseñador dotado utilizó sus amplios conocimientos de ingeniería para construir una moto Guzzi de ocho cilindros en la fábrica italiana.
Guilio Cesare Carcano, quien desde 1936 se encargó de varios de los diseños de Moto Guzzi, diseñó una sorprendente máquina de 500 centímetros cúbicos para dominar las carreras del Campeonato Mundial, que en esos años más bien, era Campeonato Europeo por efectuarse todas las competencias en esa área del mundo.
La primera satisfacción, según palabras de Carcano, fue el diseño de la moto de 350 cc y su segunda, la de 8 cilindros, aunque para el mundo entero la de ocho cilindros fue y sigue siendo un gran trabajo de ingeniería y de admiración de muchos apasionados por el motociclismo de carreras.
Aunque la moto fue manejada por varios de los mejores pilotos del mundo, el italiano Enrico Lorenzetti fue quien más lo ayudó a diseñar el poderoso y complicado motor en cuestión. En 1957 la máquina desarrollaba 75 caballos a 12500 revoluciones, pero aún había que resolver detalles de carburación y encendido y ahondando más en el asunto, perfeccionar el cuadro, sin embargo, en ese año se retiraron de las competencias del Gran Premio las marcas Guzzi, Gilera y Mondial, que eran las únicas italianas del momento en las pistas.
Este hecho provocó que Guilio dejara el mundo de las dos ruedas y se llevara sus brillantes ideas a la construcción de yates, otra de sus pasiones. No hubo quien lo convenciera de regresar al mundo de las motocicletas y la máquina de ocho cilindros quedó en exhibición de propios y extraños en la planta Moto Guzzi.
En ese escape al ambiente de los yates, Carcano contrajo matrimonio a la edad de 57 años y se dice vivió feliz a la orilla del mar.