Extraordinaria, es la palabra que mejor describe a la primera mujer que recorrió Australia en moto. Hablamos de Winifred Wells, una joven empoderada que dejó de lado los comentarios desalentadores de sus contemporáneos masculinos y siguió su sueño de aprender a manejar una moto y dar la vuelta a su país de ida y vuelta.
Nació en 1928 en Australia Occidental y desde muy joven demostró a sus allegados que no era una chica ordinaria. La dominaba su espíritu curioso y una pasión incontrolable por conocer el mundo. Con tan solo 22 años de edad ya era famosa en su ciudad, en especial en el medio del motociclismo, por ser aficionada de las competencias y de la velocidad de las dos ruedas. No obstante, enfrentó bastantes críticas y acerbos comentarios por parte de sus conocidos masculinos; recordemos que en aquella época la mujer era un icono de debilidad y se consideraba que muchos deportes no eran aptos para ellas, en especial en los que había riesgos. El motociclismo, sin duda, era un mundo exclusivo de los hombres y muchos demostraron desdén hacia una chica de 22 años que intentaba unirse a los clubs. Lo que ellos no sabían era que Winnie poseía un carácter firme, y gracias a él aprendió a cabalgar la máquina de acero por su cuenta. Se hizo de una Royal Enfield Bullet de 350 cc e ideó un plan para que la reconocieran a tal grado que le permitieran formar parte de un motoclub: se aventuró en un ambicioso viaje de tres semanas que realizaría de costa a costa, a través del peligroso y salvaje corazón de Australia.
Muchos intentaron convencerla de que no arriesgara su vida de tal forma, pero ningún comentario hizo cambiar de parecer a la intrépida chica. Así que el 26 de diciembre de 1950, vestida con pantalones, botas, chaqueta de cuero y una vieja gorra, Winnie se equipó de bolsos de viaje atados a la parrilla y emprendió camino sobre su fiel compañera, la Royal Enfield.
El peligro no solo estaba en la selva, los animales salvajes o los vándalos, sino que en aquel entonces la red de carreteras de Australia se encontraba sin desarrollar. A Winnie le tocó rodar en terrenos sinuosos, llenos de piedras, baches y lodo de las repentinas lluvias de la temporada.
A los dos días de viaje Winnie tuvo un accidente fuerte en el que se golpeó la cabeza. Un automovilista que circulaba por el área trató de convencerla de acudir al médico, pero ella hizo caso omiso y siguió el viaje como si nada hubiera pasado.
El desafío más peligroso que tuvo que superar fue atravesar la llanura de Nullarbor, un traicionero tramo de 1 000 millas de desierto sofocante donde las temperaturas de verano alcanzan unos 40 grados centígrados más.
A pesar de los inconvenientes Winnie llegó a Adelaide, en el sur de Australia, justamente en Año Nuevo. Para el 5 de enero ya estaba a la mitad de su viaje. Después de Sidney viajó durante un día de camino sin parar, para dar la media vuelta y retornar hacia el punto de salida inicial. Para el 16 de enero de 1951 Winnie estaba de vuelta en su casa. Recorrió alrededor de 5 504 millas en solo 15 días.
La experiencia de esta primera aventura solo avivó su hambre por continuar explorando. Pronto decidió una aventura aún mayor: rodear todo el continente australiano. Esta vez Winnie estaría acompañada por su padre, George, quien montaría su Royal Enfield Bullet original, mientras ella disfrutaría de una moto nueva. El 23 de septiembre de 1952 la pareja abandonó Perth, una vez más en dirección hacia el norte. El siguiente capítulo de esta historia memorable había empezado.
Llegaron a Sídney el 7 de noviembre y finalmente a Perth el 26 del mismo mes. La gran vuelta a Australia hizo que Winnie y George recorrieran casi 10 000 millas en un total de 65 días de viaje.
Winnie falleció el pasado 11 de febrero a la edad de 92 años, dejando una trayectoria plena de hazañas que sin duda inspirarán a las nuevas generaciones a seguir sus sueños sin límites.
