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Nepal: Entre las curvas del Himalaya y el susurro de las alturas

Nepal: Entre las curvas del Himalaya y el susurro de las alturas
Nepal, enclavado entre China e India, es mucho más que el hogar del Everest. Es un país pequeño en extensión, pero inmenso en contrastes, donde cada curva es una postal y cada kilómetro una prueba. Para los motociclistas, este país ofrece rutas que zigzagean entre montañas, atraviesan valles selváticos y conectan templos milenarios con aldeas remotas.
Inicia en Katmandú, capital vibrante y caótica, donde el rugido de los motores se mezcla con el incienso de los templos y el murmullo de los peregrinos. Aquí comienza una aventura que no es solo geográfica, sino espiritual.
Desde Katmandú, una ruta clásica lleva hacia Pokhara, a unos 200 kilómetros al oeste, que está a un tiempo aproximadamente de 6 horas . El camino atraviesa el valle del Trisuli y ofrece curvas constantes, tramos de montaña, cruces de ríos y paisajes de postal con picos nevados al fondo.
Ideal para motos touring, dual sport o adventure, esta ruta combina asfalto irregular con secciones de terracería. Es recomendable detenerse en puntos como Bandipur, un pueblo medieval en la cima de una colina, donde el tiempo parece haberse detenido. Aquí se puede descansar, disfrutar de la cocina nepalí y respirar aire puro de montaña.
Pokhara es un oasis de tranquilidad con vista al macizo del Annapurna. Desde aquí, se pueden explorar varias rutas off-road hacia pueblos como Dhampus o Sarangkot, con caminos de tierra, piedra suelta y desniveles técnicos. Son tramos ideales para motos enduro o adventure ligeras.
Una escapada imperdible desde Pokhara es la ruta hacia Mustang, antigua región tibetana que requiere permisos especiales. El trayecto hacia Jomsom, a unos 160 km (de 8 a 10 horas de manejo por caminos rudos), atraviesa paisajes lunares, acantilados y puentes colgantes. Es uno de los recorridos más duros, pero mágicos del país: una travesía que exige preparación, pero regala soledad, misticismo y una conexión única con el entorno.
Regresando hacia el este, una ruta alternativa lleva de Pokhara a Tansen y luego a Lumbini, lugar de nacimiento de Buda. Este trayecto de 280 km y alrededor de 7 horas, mezcla caminos de montaña con selvas tropicales, bajando de la cordillera hacia las planicies del Terai.
En Lumbini, la vibración espiritual es intensa. Es un destino que invita a hacer una pausa, recorrer los monasterios y entender otra dimensión. Para los que buscan emociones fuertes, la región de Dolakha y Kalinchowk, a unos 150 km de Katmandú, ofrece una experiencia de alta montaña. Esta ruta sube entre bosques de rododendros y caminos empinados, con vistas imponentes del Himalaya.
En invierno, la zona se cubre de nieve, lo que convierte el trayecto en un reto off-road digno de los más experimentados. Es fundamental contar con buen equipo, tracción adecuada y precaución extrema. La recompensa: paisajes que parecen sacados de otro mundo y una sensación de logro difícil de igualar.
Las rutas son intensas, el clima impredecible y la infraestructura básica, pero eso es parte del encanto. Nepal ofrece una experiencia cruda, auténtica, sin filtros. Para el rider que busca algo más que asfalto, este país es una joya por descubrir: entre la espiritualidad de sus templos y la brutal belleza de sus montañas, cada kilómetro vale la pena.

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