Todo comenzó en Clermont-Ferrand, en el centro de Francia, cuando los ingeniosos hermanos Edouard y André Michelin fabricaron el primer neumático desmontable para una bicicleta en 1891 y posteriormente lanzarían el neumático radial en 1940.
En 1900 estos hermanos empezaron proporcionar a los viajeros automovilistas una guía que mostraba mapas y sitios para hospedarse, para recargar gasolina y algunos restaurantes de hotel, con la finalidad de hacer el viaje menos pesado.
Esta guía fue llamada Guía Michelin y fue proporcionada de manera gratuita durante 20 años, hasta que a André Michelin se le ocurrió venderla.
Con el tiempo la sección de restaurantes de la Guía Michelin comenzó a tomar tanta popularidad que los hermanos Michelin decidieron reclutar a un equipo de comensales secretos para que fueran a comer a los restaurantes para valorar su experiencia. A estos comensales anónimos se les llamo inspectores, y fue en el año de 1923 cuando por primera vez se citó en la guía a restaurantes independientes.
En 1926 la guía valoraba con una estrella la calidad de los establecimientos. Años más tarde comenzaron a jerarquizar los restaurantes con una, dos y tres estrellas, y en 1936 se publicaron los criterios aplicados para su obtener la calificación. Desde entonces, las estrellas Michelin son una muestra de calidad y sólo las obtienen los restaurantes.
Se califican de la siguiente manera:
- Una estrella: Cocina de alta calidad, vale la pena detenerse.
- Dos estrellas: Excelente cocina, vale la pena desviarse.
- Tres estrellas: Cocina excepcional, digna de un viaje especial.