La región de Atoyac, estuvo habitada por nativos de la cultura totonaca, por los años 800, posteriormente fueron conquistados por los aztecas, para después ser nuevamente conquistados por los españoles que finalmente obtuvieron su libertad poco después de que se llevó a cabo la proclamación de la independencia de México.
Si te fascina el rappel y el cañonismo en Atoyac existe una cascada que tiene aproximadamente 8 metros de altura y 4 de profundidad, ahí se encuentran cuevas y cavernas; escenario ideal para los amantes de la espeleología.
Los proyectos del Ferrocarril Mexicano tocaron las puertas de este Municipio y se construyeron los puentes Atoyac y Chiquihuite. Esta obra de la naturaleza puede ser apreciada desde el corredor que se encuentra entre los dos históricos túneles, vivo ejemplo de la infraestructura y la ingeniería que existía a finales del Siglo XIX, los cuales sirvieron por más de 120 años para el paso de los ferrocarriles que comunicaban a Veracruz con la ciudad de México.
Hay una pequeña gruta que se encuentra bajo el túnel del ferrocarril México-Veracruz. Para conocerla realizarás un recorrido completamente horizontal de 661 metros, entre galerías, pasajes y salas con distintas formaciones rocosas. Se cree que esta caverna fue el cauce de algún arroyo subterráneo que antiguamente llevaba agua hacia el río Atoyac.
El puente Pénsil fue galardonado con el premio Brunell de Diseño Nacional en 1996 por el gobierno de Dinamarca y el reconocimiento de la organización Puente Alcántara en España en el año de 1993 el puente Pénsil es una joya de la arquitectura e ingeniería mexicana del siglo XIX. Una de las estructuras sirvió por más de 120 años para el paso de los ferrocarriles que comunicaban a Veracruz con la ciudad de México. Actualmente el viaducto-túnel del ferrocarril tiene en uno de sus extremos un mirador y se puede bajar para disfrutar la cascada que se conecta con el río.