El Estado de México es un destino que combina a la perfección la naturaleza, la cultura y la aventura; ideal para los motociclistas que buscan algo más que solo carretera. Sus rutas atraviesan montañas, valles y bosques milenarios, conectando con pueblos llenos de tradición, historia y gastronomía. Este recorrido es perfecto para quienes desean explorar los contrastes del estado y vivir una experiencia única.
La ruta comienza en Toluca, la capital mexiquense, donde puedes disfrutar de un desayuno en el tradicional Mercado 16 de Septiembre o en alguno de los cafés del centro histórico. No dejes de visitar el Cosmovitral, un jardín botánico enmarcado por vitrales impresionantes, antes de arrancar tu viaje.

Desde Toluca, toma la carretera hacia Metepec, un pueblo mágico conocido por su artesanía en barro y su gastronomía. Es un excelente lugar para una parada rápida y una foto en la icónica iglesia del Calvario. Continúa tu camino hacia Tenancingo por la carretera panorámica que ofrece curvas suaves y vistas espectaculares del Valle de Toluca, ideal para motos tipo touring o doble propósito.
En Tenancingo, haz una pausa para probar la famosa barbacoa y conocer los talleres de rebozos artesanales. Aquí comienza el verdadero encanto rural del estado.

La ruta sigue hacia Malinalco, otro pueblo mágico, enclavado entre montañas y con un aire místico. Para llegar, tomarás caminos sinuosos y estrechos, perfectos para motociclistas con experiencia que disfrutan de la adrenalina. Malinalco es famoso por su zona arqueológica construida sobre un cerro y por sus calles empedradas llenas de historia.
Te recomendamos pasar la noche aquí y disfrutar de su ambiente tranquilo, sus hostales con encanto y su gastronomía basada en productos locales.

Al día siguiente, continúa hacia Ixtapan de la Sal por la carretera libre. Es un recorrido corto, pero lleno de curvas entretenidas y paisajes montañosos. Ixtapan es ideal para relajarte en sus aguas termales o disfrutar de un buen masaje después de varios kilómetros en ruta.
Este destino combina naturaleza y bienestar, y es una excelente parada para recargar energía.

Para cerrar con broche de oro, la ruta te lleva a Valle de Bravo, uno de los destinos más icónicos del Estado de México. El camino hasta aquí te regala paisajes boscosos y lagos que parecen sacados de una postal. Ya en Valle, puedes recorrer su malecón, disfrutar de un paseo en lancha o simplemente descansar con una vista espectacular del lago.
Valle de Bravo también es un paraíso para los aventureros: parapente, ciclismo de montaña y senderismo complementan la experiencia. No te pierdas el atardecer desde el mirador La Peña.

Este recorrido puede completarse en un fin de semana largo, pero si quieres disfrutarlo con calma, lo ideal es dedicarle tres o cuatro días. Es perfecto para motociclistas que desean descubrir nuevos rincones cerca de la CDMX, sin sacrificar emoción, cultura ni paisajes naturales.
El Estado de México te espera con los brazos abiertos, listo para regalarte una ruta inolvidable llena de aventura, tradición y belleza.