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Desafía una ruta extrema en Tlaxcala y vive el poder de la adrenalina

Desafía una ruta extrema en Tlaxcala y vive el poder de la adrenalina
Este recorrido comienza en la ciudad de Tlaxcala, capital del estado, y atraviesa un territorio repleto de montañas, valles y caminos ideales para la aventura en dos ruedas. A lo largo de la ruta, descubrirás paisajes sorprendentes, carreteras retadoras y pueblos que conservan su esencia colonial.
Antes de partir, es recomendable disfrutar de un desayuno tradicional en el centro de Tlaxcala, con unos deliciosos tlacoyos, acompañados de café de olla. Es esencial revisar la motocicleta, contar con equipo adecuado y prepararse para los cambios de altitud, ya que esta ruta atraviesa zonas boscosas y caminos empinados.
Desde la ciudad de Tlaxcala, tomamos la Carretera Federal 136 en dirección a Huamantla. Este tramo es perfecto para motocicletas touring y naked, con curvas amplias y asfalto en buen estado. A medida que ascendemos, el paisaje cambia: dejamos atrás las zonas urbanas y nos adentramos en el bosque.
En Huamantla, un pueblo mágico famoso por sus tapetes de aserrín y su tradición taurina, vale la pena hacer una breve parada para recorrer sus calles y probar los típicos muéganos huamantlecos. Desde aquí, el camino se vuelve más desafiante: tomamos la ruta hacia el Parque Nacional La Malinche, un tramo que combina carretera de montaña con terracería, ideal para motocicletas Adventure o dual-sport.
El ascenso al volcán La Malinche es uno de los puntos más emocionantes del recorrido. Los caminos de tierra y grava serpentean entre densos bosques de pinos y oyameles, ofreciendo un reto técnico y vistas espectaculares. En la base del volcán, a 3,100 metros sobre el nivel del mar, se encuentra el centro ecoturístico, donde puedes hacer una pausa para disfrutar del aire fresco y la tranquilidad del bosque.
Para los motociclistas más aventureros, hay caminos secundarios que conducen a pueblos escondidos en la montaña, como San José Teacalco y Zitlaltepec, donde se pueden explorar senderos de ripio y caminos poco transitados.
El tramo final de la ruta nos lleva de regreso hacia Tlaxcala por la Carretera 119, pasando por la presa de Atlanga, un sitio perfecto para relajarse y tomar fotografías del atardecer reflejándose en el agua. Este último trayecto es más relajado, con rectas largas y curvas suaves, ideales para disfrutar la velocidad con seguridad.
En total, esta ruta toma entre cinco y siete horas, dependiendo de las paradas y del ritmo de conducción. Es un recorrido que combina la emoción de la montaña, la belleza de los bosques y la riqueza cultural de Tlaxcala, ideal para quienes buscan una experiencia inolvidable en motocicleta. ¡Prepárate para conquistar los caminos de este fascinante estado!

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