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Aculco, Estado de México

Aculco, Estado de México
El Acueducto de los arcos fue casi sin excepción utilizados para llevar agua de riego, pero no para trasladar agua potable, tenía una longitud de más de seis kilómetros. Su parte más notable corresponde a las arquerías de piedra blanca que soportaban el canal en dos de sus tramos, cada uno de ellos de más de cien metros de longitud, Este acueducto, aún en uso, está incorporado en el catálogo de Monumentos Históricos del INAH.
Parroquia y ex convento de San jerónimo es de estilo barroco tequitqui o tributario, arte pictórico y escultórico desarrollado por los indígenas mesoamericanos sobre las construcciones con expresión arquitectónica española. En el interior está una pintura de Nuestra Señora del Monte Carmelo rescatando a las ánimas del purgatorio y una versión de La Última Cena, realizada por el notable artista de la época del virreinato, Miguel Cabrera. En el ex convento se distinguen óleos de San Antonio de Padua y de San Juan Nepomuceno.
Los lavaderos públicos de Aculco fueron construidos en 1882, aprovechando el manantial Ojo de Agua, principal fuente de abastecimiento de la población. Desde hace más de 100 años existe en Aculco una leyenda de unos niños que habrían sido encontrados por una bruja, llevándolos a un árbol de pirú situado al lado de los lavaderos, cuyo tronco adoptó la forma de unos chicos abrazados.
La fabricación de artesanías de ixtle resulta muy interesante debido a su complejo proceso artesanal, partiendo desde el cultivo del maguey, la extracción de la fibra, el hilado, hasta el tejido del ixtle en telar de cintura. Además de ayates, se elaboran morrales, costales,  mecapales,  ropa, pasando por adornos, bolsas, nacimientos, canastas, piñatas, etc., con una variedad de colores, tamaños y presentaciones que bien vale la pena conocer y disfrutar, valorando en todo momento el trabajo artesanal que conlleva cada pieza.

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