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Disfruta una inolvidable aventura por Croacia

Disfruta una inolvidable aventura por Croacia
Recorrer Croacia en motocicleta es una experiencia que va más allá del simple hecho de viajar. Es una inmersión en paisajes impresionantes, pueblos llenos de historia y una cultura que se siente en cada rincón. La ruta que une Dubrovnik con Pula, atravesando más de 1,200 kilómetros de costas del Adriático, montañas y pequeños pueblos medievales, es perfecta para aquellos motociclistas que desean experimentar la libertad en su máxima expresión, disfrutando de la adrenalina mientras exploran una de las regiones más hermosas de Europa.
El viaje comienza en Dubrovnik, una de las ciudades más icónicas de Croacia, conocida por su impresionante casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Desde aquí, la carretera costera te llevará hacia el norte, donde la Ruta 8, conocida como la Jadranska Magistrala, se convierte en la arteria principal que recorre la costa adriática. Este primer tramo de la ruta, de aproximadamente 200 kilómetros, es perfecto para sentir el viento en el rostro mientras se disfruta de vistas panorámicas al mar y a las islas cercanas. Ciudades como Split y Makarska serán los puntos ideales para hacer una parada y relajarte antes de continuar el viaje.
Desde Split, la segunda ciudad más grande de Croacia, te adentrarás en un tramo que combina el encanto histórico con una gastronomía deliciosa. Aquí, la carne a la brasa y los mariscos frescos son una excelente opción para reponer energías. Split es famosa por su Palacio de Diocleciano, que data del siglo IV, y su puerto, desde donde parten ferris hacia las islas dálmatas. La distancia hasta aquí desde Dubrovnik es de aproximadamente 230 kilómetros, lo que representa unas 4 horas de conducción, con tramos que te harán disfrutar de la carretera a través de zonas montañosas y hermosas vistas al mar.
A medida que avanzas por la costa, los paisajes se tornan cada vez más variados. De las costas de Dalmatia se pasa a las zonas más interiores, atravesando pequeños pueblos como Zadar, Sibenik y Trogir, que parecen sacados de un cuento medieval. El siguiente tramo del viaje, que conecta Zadar con Pula, es de alrededor de 400 kilómetros. Aquí, la carretera se adentra en el interior del país, pasando por viñedos y colinas cubiertas de olivares, antes de llegar a la península de Istria, famosa por su comida, su arquitectura medieval y sus ruinas romanas.
El tramo final de este recorrido te llevará a Pula, una ciudad que se destaca por su impresionante coliseo romano, uno de los mejor conservados en el mundo. Pula, además de su gran legado histórico, ofrece una vibrante vida nocturna y hermosos paisajes costeros, perfectos para descansar tras una larga jornada de viaje. A lo largo del trayecto, disfrutarás de la variada gastronomía de la región, que combina lo mejor de la tradición mediterránea con el toque distintivo de las costas croatas.
La Jadranska Magistrala, una carretera bien mantenida, tiene tramos irregulares y caminos de ripio ideales para motos tipo touring o adventure. El clima en Croacia varía, con temperaturas más cálidas en la costa y frescas en el interior, por lo que se recomienda ropa adecuada para todas las condiciones. Las estaciones de servicio son frecuentes en rutas principales, pero escasas en zonas remotas, por lo que es importante planificar y llevar repuestos. En cuanto a seguridad, el uso de casco es obligatorio y las multas por exceso de velocidad son altas. Durante el viaje, disfruta de la gastronomía local, con platos de mariscos en la costa y carnes en el interior. No te pierdas los sitios históricos como el Palacio de Diocleciano en Split, el Coliseo de Pula y el Parque Nacional de los Lagos de Plitvice.

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