Xavier López, más bien conocido como Chabelo, el amigo de todos los niños, es una de las figuras artísticas más reconocidas para la televisión mexicana; crecimos despertando cada domingo para sintonizar el programa “En familia con Chabelo”. Ahora nos ha dejado con un vacío tras fallecer a sus 88 años.
A sus 88 años, continuaba dándole vida al papel de Chabelo, vestía sus característicos y pintorescos overoles para ser aclamado por todos los niños mexicanos. Justamente por ello, poco se sabía sobre sus diversas pasiones, una de las más escondidas era el deporte extremo: carreras de autos y el motociclismo.
A Chabelo se le encontraba rodando por las calles y carreteras del país en motocicleta, una afición que le llevó a tener una excelente colección de motocicletas que cualquier entusiasta envidiaría. Su verdadera pasión inició en la década de los cincuentas.
“Sigo subiéndome a las motos, pero ahora ya lo hago con mucho cuidado, pues con las motos no se puede jugar, es un vehículo muy padre, pero hay que cuidarse y respetar, la moto tiene su riesgo”, dijo el experimentado actor, comediante, cantante y presentador.
Aunque Chabelo fue un importante amante de las motos, nunca formó parte de ningún motoclub, por el ritmo de trabajo que tenía, salía a rodar en solo para liberar el estrés generado por la actuación; en muchas otras ocasiones, salía en compañía de su esposa e hijos.
“La moto ha ejercido en mí una liberación o una tranquilidad; una forma de sentirme tan bien, tan libre, tan a gusto, tan disfrutar la vida, eso es lo que me produce subirme a una máquina”, expresó Chabelo.
“Realmente la máquina la disfruto con mis hijos, con mi mujer y también solo. (…) Como cualquier padre, en el momento que empecé a andar en una moto, lo único que no podía decirles a mis hijos es que no me gustaría que anduvieran en una moto, entonces les di la libertad de que escogieran y, afortunadamente de los tres hijos que tengo, nada más a uno le gusta andar en la moto”, aseguró.
Ahora el mundo de las dos ruedas sufrió la pérdida de uno de sus más grandes apasionados.