Después de una ajetreada semana laboral, visualízate en medio de la naturaleza con un clima exquisito, propicio para encender una fogata y taparse con cálidas frazadas. Programa tu siguiente rodada hacia Morelia, Michoacán, al espejo de los dioses, nombre por el que se le conoce al lago de Zirahuén. En torno al origen de este lago y su nombre existe una leyenda. Cuenta la tradición que Eréndira, una princesa purépecha raptada por uno de los conquistadores tras la caída de Tenochtitlán, lloró tanto que sus lágrimas formaron el lago, mismo al que se lanzó en su desesperación por huir, convirtiéndose en sirena a causa de un extraño hechizo.

Zirahuén es uno de los secretos turísticos mejor guardados de Michoacán, opacado tal vez mercadológicamente por otros destinos más populares como Pátzcuaro, Santa Clara del Cobre o Uruapan. El rincón de Agua Verde, otro de los nombres que recibe el lago de Zirahuén, colinda con otros dos grandes lagos, el de Cuitzeo y Chapala. Para llegar al poblado de Zirahuén partiendo desde Pátzcuaro, te recomendamos seguir por el camino que va rumbo a Uruapan y después de 17 km tomar la desviación hacia el sur.

Disfruta tu estancia en las pintorescas cabañas de la zona, con impresionantes vistas desde cualquier lugar. El lago cuenta con dos muelles, el más popular de ellos está rodeado de rústicos restaurantes y tiendas de artesanías locales. Aunque la especialidad de la casa es el pescado blanco, encontrarás desde charales hasta trucha. Claro, también cuentan con otras opciones, como la clásica quesadilla de huitlacoche o unos taquitos.

Si a tu descanso buscas sumar algo de aventura, hay empresas que ofrecen desde deportes acuáticos, como kayak y lanchas de remo, hasta algo un poco más temerario, como la tirolesa, puentes colgantes y gotcha. Claro que también los placenteros paseos a caballo o en bicicleta son parte de la lista. Es en este mágico lugar donde lograrás renovar tu energía alimentándola de paz, aventura, naturaleza y el toque de fantasía que brindan sus leyendas.