La idea de este excéntrico artista es revestir de cobre una moto, dejarla expuesta a los elementos del medio ambiente durante 100 años y lograr que, transcurrido este plazo, la máquina haya adquirido un aspecto similar al de una escultura clásica.
Según el inventor comenta, “se trata de desafiar la percepción de la vida útil de los objetos, es decir, la moto aprovechará la oxidación natural del cobre y su cuerpo se transformará de dorado a verde, creando así una experiencia estética única”.
El proyecto, llamado “Samotracia”, ha sido promovido por el gabinete italiano de ingeniería De Castelli y pretende representar la estética del movimiento: una reflexión sobre la estética y el movimiento mismo. Su diseño sigue las formas de la motocicleta, dando al cuerpo una emocionante tensión física y mental al momento de su conducción, dejando de lado las curvas aerodinámicas típicas.
El carenado que oculta la ingeniería interna se segmenta como una fotografía de lapso de tiempo, una hermosa interpretación de la velocidad.
La moto de cobre se oxidará completamente durante el próximo siglo porque, según Trimarchi, “desde hace algún tiempo se ha comprometido a comprender cómo se ilustra la velocidad; es así que ha integrado esta obsesión con la del tiempo y la velocidad, que, para él, juegan un papel importante en la relación con los objetos”.