Después de un fin de semana de rock y buen ambiente motociclista en La Soberana, Aguascalientes, te sugiero que ahora cambies tu ruta y te dirijas hacia un lugar más tranquilo y que tiene luminosos destellos en sus orígenes.
El Oro, en el Estado de México, nombrado Pueblo Mágico por la Secretaría de Turismo, fue una de las sedes más antiguas y ricas en explotación minera del país. En su nombre está contenido el principal factor que hiciera que infinidad de extranjeros emigraran a este poblado y dejaran constancia de su influencia en la arquitectura del lugar: edificios con fachadas y acabados art nouveau y neoclásico muy al estilo europeo, tales como el Teatro Juárez y el Palacio Municipal, ambos muy representativos del lugar.
El Palacio Municipal ha sido declarado Monumento Histórico debido a todos los elementos que lo decoran, entre ellos el mural Génesis Minero del pintor Manuel de Rugama, en el que plasmó la vida de sus habitantes durante la afamada fiebre del oro.
Tres de sus grandes minas fueron La Esperanza, La Providencia y El Consuelo, de las cuales se pueden apreciar documentos, fotografías y la maquinaria utilizada para la extracción de este valioso metal en el Museo de Minería. No olvides visitar la antigua estación de trenes que data del año de 1889.
Como en todo Pueblo Mágico, siempre es requisito que exista un buen lugar para detenerse y admirar la naturaleza. La presa Brockman es el punto de encuentro ideal para realizar una parada y estirar las piernas, convivir con los amigos mientras se disfruta de una comida campestre y del aire fresco de los bosques de pino y cedro que la rodean. Este lugar es ideal para acampar y practicar la pesca de trucha.
El Oro se encuentra a tan solo 2 horas y media de la CDMX. Recuerda dar mantenimiento a tu motocicleta antes de salir a carretera y de portar todo el equipo adecuado para rodar seguro a tu destino.