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Un pedazo de historia representado en una motocicleta

Un pedazo de historia representado en una motocicleta
Una motocicleta mitad avión es a definición perfecta de la “Iron Annie”. Es una edición basada en uno de los aviones nacionales más populares que nació en los años ’30: el Junkers Ju 52. Es uno de los aviones comerciales más icónicos en todo el mundo, acabado en colores gris y negro con el logo de la compañía aérea Lufthansa. Los preparadores VTR Motorrad AG y VTR Customs han construido en vehículo terrestre dicho avión. La moto es considerada un pedacito de historia y una bestia en todos los sentidos con el corazón original de la R18.
El proyecto está hecho a la medida por lo que cada uno de sus detalles es completamente importante. En la Segunda Guerra Mundial los aviones de transporte Junkers Ju 52 fueron bautizados por los pilotos como “Tante Ju” (Tía Ju). Entre el 1970 y 1984 operó en EEUU con la matrícula N52JU, y su propietario Martin Caidin lo llamó “Iron Annie” (Annie de hierro). Hoy, el “Iron Annie” lleva el nombre “Berlín-Tempelhof” y es propiedad de la Fundación de Lufthansa Berlín, donde está expuesto en un museo. De las piezas originales de BMW R18 no queda prácticamente nada original.  Destacan a primera vista el metal remachado, la pintura plana, aletas de refrigeración hasta en los escapes, inclusive se cree que se le agregan un par de alas y un rotor, la motocicleta podría volar.
La motocicleta original sobre la que empezó a construirse el increíble proyecto era una BMW R18 First Edition. El motor fue lo único que se mantiene original, sin embargo, fue lo primero que quitaron para repintarlo en negro y añadir las tapas laterales con el apodo de la oto. Cada uno de los detalles de la motocicleta son los que hacen única. El velocímetro integrado en el tanque, que se asemeja a la instrumentación de la cabina del avión original. El resto de la carrocería está inspirada en el fuselaje del avión original, con los colores negro y gris mate contrastando con el azul, y el colín en amarillo. Una de las partes más complicadas y que tomó más tiempo e inversión fue el escape, ya que es uno de los puntos fuertes de la moto que llaman la atención. Están cubiertos con unas branquias para disipar el calor, que a la vez recrean las del avión original. Están instalados de forma paralela y ellos mismos reconocen que les “llevó varios intentos” y muchas horas de trabajo. Destaca también el colín de la moto, una representación, pero en pequeño de esa parte del avión original, muy corto y con un par de finos intermitentes que imitan la cola del avión. También han equipado a la moto con ópticas Full LED integradas con el carenado, y por último, el asiento de piel totalmente hecho a mano.

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