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Travis Pastrana y la Indian Scout FTR750 lograron recrear los saltos de Evel Knievel

Travis Pastrana y la Indian Scout FTR750 lograron recrear los saltos de Evel Knievel
Hace unos días te dimos la noticia en nuestro Facebook de la hazaña a la que se enfrentaría el piloto estadounidense Travis Pastrana, quien había tomado el reto de repetir los saltos del icónico Evel Knievel  a bordo de una Indian Scout FTR750. El día de ayer, en la mundialmente famosa ciudad de Las Vegas Nevada, mismo sitio en donde Knievel marcara una importante página en la historia del motociclismo acrobático, Pastrana estaba dispuesto a repetir el récord de los tres saltos más destacados en la carrera del también estadounidense durante el la época de los 60’s y 70’s.
El primero de los saltos al que se enfrentó Travis, consistía en volar sobre 52 autos apilados en varios pisos, en una hilera que alcanzaba los 43.5 metros, superando así lo conseguido por Knievel quien había realizado este similar salto pero con dos coches menos en una distancia de 36.6 metros.
Para el segundo salto se requirió de mucho más velocidad que ningún otro, pues éste sería sobre 16 autobuses estacionados a lo largo de la amplia calle, alcanzando una distancia de 58.5 metros y superando nuevamente el récord de Knievel, quien había volado sobre 14 autobuses que sumaban 40.5 metros de distancia.
Para el tercer y último reto, fue necesario que Pastrana se dirigiera al mismo sitio en donde Evel Knievel lo había hecho, justo frente a las instalaciones del Caesars Palace. Durante su presentación, Knievel, logró impactar a todos los asistentes, sin embargo, durante el aterrizaje de la misma, tuvo un fallo que le costara la  una contusión cerebral que lo dejara en coma por un mes, además de la fractura de pelvis, cadera, manos, muñecas y tobillo. El salto sobre la fuente del casino, a pesar de que no era de una distancia tan pronunciada como los dos anteriores, el espacio para impulsarse. Pastrana lo logró, su inicio a máxima velocidad permitió que pudiera hacer el aterrizaje sobre la rampa y aunque uno de sus pies termino bajó el estibo, el récord se había logrado.
Ante esto, Pastrana acertó: “Es un honor para mí vivir un día en las botas de Evel”.

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