Recorrer Canadá en motocicleta es una experiencia que combina paisajes impresionantes, historia y una conexión única con la naturaleza. Desde la costa del Pacífico hasta las ciudades históricas del este, cada kilómetro ofrece una variedad de escenarios que harán de este viaje una experiencia inolvidable.
El viaje inicia en Vancouver, una ciudad vibrante que combina modernidad y naturaleza. Después de explorar el centro, con su famoso Stanley Park y la playa English Bay, comienza la travesía hacia las Montañas Rocosas. La autopista Transcanadiense (Highway 1) será tu compañera en este primer tramo de 800 kilómetros hasta Banff, en Alberta. Aquí encontrarás paisajes montañosos, lagos de un azul intenso como el Lago Louise y carreteras sinuosas perfectas para sentir la emoción del motociclismo.
Desde Banff, continúa hacia el este en dirección a Calgary, una ciudad cosmopolita ideal para descansar y disfrutar de su ambiente cultural. De aquí, la ruta se extiende por las praderas de Saskatchewan y Manitoba, una travesía de más de 1,300 kilómetros donde el horizonte parece no tener fin. Aunque este tramo puede parecer más tranquilo, es perfecto para relajarte y disfrutar de la inmensidad del paisaje.
Al llegar a Ontario, la carretera te llevará al Parque Nacional de los Lagos Georgian Bay y Algonquin, un oasis de naturaleza ideal para una pausa. Desde aquí, un trayecto de 400 kilómetros te llevará a Toronto, una de las ciudades más importantes de Canadá, con su icónica CN Tower y un ambiente multicultural.
Siguiendo hacia el este, no puedes dejar de visitar las Cataratas del Niágara antes de dirigirte a Montreal, en Quebec. Aquí, la cultura francófona se mezcla con una rica herencia histórica y gastronómica. Los últimos 250 kilómetros hasta la ciudad de Quebec ofrecen una carretera panorámica bordeada de bosques y ríos, culminando en una de las ciudades más antiguas de América del Norte.
La Transcanadiense y las carreteras provinciales están en excelentes condiciones, pero ten en cuenta que algunos tramos pueden ser desafiantes, especialmente en las Montañas Rocosas. El clima varía considerablemente: desde frescas temperaturas en el oeste hasta más cálidas en el este durante el verano, por lo que es esencial llevar ropa adecuada. Las estaciones de servicio son frecuentes en rutas principales, pero menos comunes en zonas remotas.
Durante el recorrido, no te pierdas la oportunidad de degustar platos típicos como el poutine en Quebec, los salmones frescos en Columbia Británica y la ternera en Alberta. La hospitalidad canadiense y la belleza natural del país harán de este viaje una experiencia inolvidable.