Desde hace unas décadas buscaban soluciones eficientes para la movilidad urbana. Esta tendencia responsable nace en Japón con los kei car (pequeños carros).
Los japoneses siempre se han caracterizado por maximizar la utilidad de todo y Honda creó a principios de los años 80 una moto plegable que podía meterse en un maletero de un auto muy pequeño: la Honda Motocampo.
En esa época las motos deportivas estaban en su apogeo y era el nacimiento de las que ahora conocemos como oldies.
Mientras los europeos y los americanos se afanaban por la ostentación, el lujo y la deportividad, la visión práctica de los japoneses les llevó a crear ideas como la Honda Motocompo.
Esta pequeña motocicleta fue una idea un poco alocada para la firma japonesa, además de ser algo similar a lo que otras marcas como BMW, Mercedes Benz, habían creado. Así un usuario podría desplazarse cómodamente en auto hasta un aparcamiento más o menos próximo a su destino y a partir de ahí iniciar el resto del recorrido en una pequeña moto que se moviera con facilidad.
La idea presentada por Honda como una solución de movilidad definitiva, era un pequeño coche el Honda City, con un motor de 1.2 litros de gasolina y caja de cambios manual de cinco relaciones en cuya cajuela entraba la Honda Motocampo.
Es más, la Motocompo se diseñó como un accesorio para el Honda City. Las medidas de esta pequeña moto se ajustaron al espacio disponible en la parte trasera del coche, contando con el manillar desmontable.
Este micro scooter se movía por un motor monocilíndrico de dos tiempos con 49 centímetros cúbicos con embrague automático y arranque a patada, cuya potencia final era de 2,5 CV.
Como dato curioso, las Motocompo utilizaban un sistema de batería recargable que incluía un pequeño enchufe en el lateral izquierdo, además de un antirrobo integrado y un cierre para poder dejar un casco colgado.
En un principio, las ventas del fabricante japonés se situaron por encima del Honda City, pero la realidad fue muy distinta. Y en 1983 fue el fin de su comercial. Por eso el día de hoy es muy difícil encontrar una Honda Motocompo en buen estado y se ha convertido en un objeto bizarro para los coleccionistas de motos.
A principios de 2019 se vendió en Estados Unidos un City Turbo II gris de 1983 con una Honda Motocompo roja, ambos en un muy buen estado de conservación, por 24.250 dólares, o lo que es lo mismo $483,787.5 pesos.