Si tienes una moto custom sabes que esto de la personalización no es una moda pasajera. Es una identidad propia que decidimos añadirle a nuestra motocicleta, es un reflejo de nuestra personalidad y nuestras preferencias estéticas. La historia de las motos custom comienza con la Segunda Guerra Mundial, pero retrocedamos un poco más.
Las Harley-Davidson habían nacido a principios de siglo y eran la referencia en el mundo de las dos ruedas. Su primer modelo fue una 175 cc monocilíndrica de potencia muy escasa. A partir de ahí surgieron los primeros motores V-Twin, hasta los Flathead de los años 30. Pero también estaba la marca Indian con modelos como la 101 Scout y la Excelsior Super X.
Sin embargo, al estallar la Segunda Guerra Mundial, las Harley y las Indian sacaron todavía más ventaja, pues fueron las empresas que proporcionaron motos al ejército. Posteriormente Harley consiguió la exclusividad y miles de sus modelos salieron al campo de batalla.
Años más tarde, cuando se extendió la rebeldía entre los jóvenes descontentos e inconformes con el gobierno, se fueron agrupando en pandillas motorizadas para divertirse y rebelarse. Muchos de ellos empezaron a modificar sus motos para crear un modelo único y empezaron a añadirles detalles, creando así las primeras custom.
En Alemania, algunos grupos colocaron en sus motos símbolos del ejército alemán, como cruces de hierro y águilas imperiales, como muestra de orgullo, rebeldía, identificación y reafirmación como grupo, y también como una forma de escandalizar. Después empezaron aparecer ritmos y sonidos tachados de “inapropiados” para esa época, como el boggie y el swing, que se le comenzó adjudicar a una cultura incipiente, popular de estos jóvenes.
Ya para los años 50 es el rock and roll el que con su intenso ritmo llama la atención de estos grupos de jóvenes que, por supuesto, seguían utilizando la motocicleta como vehículo principal.
Es en esta época en la que realmente se crea el vínculo irrompible entre customs (personalizaciones) y rock, y que ha acompañado hasta la actualidad a este movimiento. Aquí aparece también lo que años más tarde se llamará “Kustom Kulture” (deliberadamente escrito con “K”)
En los 60 y 70 las custom se convierten en una forma de vida. Grupos de motoristas errantes recorren los Estados Unidos con sus motos personalizadas y escapan al control de las autoridades. En las décadas sucesivas, y gracias en gran medida al cine y a la música, la kustom kulture se expande por todo el mundo hasta llamar inevitablemente a la puerta de la industria y establecerse como estilo de un tipo de moto que jamás desaparecerá, porque generación tras generación atrapa a millones de personas.
