Catar, situado en la península arábiga, es un destino inesperado para riders que buscan salir de lo convencional. Aunque es conocido por su riqueza petrolera y su arquitectura de vanguardia, este país guarda secretos desérticos y rutas poco exploradas, ideales para motociclistas.

El viaje puede comenzar en Doha, la capital, donde el lujo moderno se mezcla con los zocos tradicionales y el Golfo Pérsico brilla al fondo. Desde aquí, es fácil dirigirse hacia el sur, donde el desierto empieza a desplegar su magia.

Una de las rutas más fascinantes conduce al mar interior de Khor Al Adaid, declarado Reserva Natural por la UNESCO. El trayecto inicia en caminos asfaltados que luego se transforman en rutas de arena y grava, perfectas para motos dual sport o enduro.

Es una travesía exigente pero inolvidable: cruzar las dunas mientras el sol se oculta en el horizonte, con la posibilidad de acampar bajo las estrellas o pasar la noche en un campamento beduino, donde se sirve café árabe y se comparten historias del desierto.

De regreso hacia el norte, la carretera costera que conecta Mesaieed con Al Wakrah ofrece vistas al mar y un tránsito tranquilo. Esta zona es ideal para motos de turismo o sport touring, con rectas suaves, buen asfalto y paradas recomendables para disfrutar del pescado fresco en los puertos locales.

Una pausa en Al Wakrah permite conocer un pueblo pesquero que ha crecido sin perder su esencia. El Souq Al Wakrah, junto al mar, es perfecto para descansar y explorar la cultura qatarí a un ritmo pausado.

Otra ruta recomendada va hacia el oeste, rumbo a Zekreet y la zona protegida de Ras Abrouq. Aquí el terreno cambia completamente: formaciones rocosas surrealistas, planicies solitarias y caminos de tierra que retan tanto al piloto como a la máquina.

La región está casi deshabitada, lo que la convierte en un paraíso para riders que buscan soledad, fotografía de paisajes y experiencias off-road sin interrupciones. La escultura “East-West/West-East” del artista Richard Serra, ubicada en medio del desierto, es un punto icónico para detenerse y reflexionar sobre el viaje.

Para quienes prefieren el asfalto, la carretera hacia el norte hasta Al Ruwais permite recorrer pueblos costeros, campos petroleros y zonas industriales, todo bajo un cielo inmenso. Aquí puedes combinar tramos rápidos con desvíos hacia playas solitarias o antiguos fuertes, como el de Al Zubarah, también declarado Patrimonio de la Humanidad.

La infraestructura vial en Catar es moderna, bien señalizada y segura, lo que permite recorrer todo el país en menos de una semana. Sin embargo, lo ideal es tomarse el tiempo para explorar con calma, especialmente si se desea alternar entre carretera y desierto.

Un viaje en moto por Catar es la oportunidad de vivir un contraste impactante: el silencio del desierto, la calma del mar y la energía de una ciudad futurista como Doha, todo en un solo país.

Aunque es pequeño en extensión, Catar ofrece una gran experiencia rica en sensaciones. Es un destino que invita a la introspección del desierto, a la emoción de las rutas de arena y al asombro de una cultura que equilibra tradición y modernidad con elegancia. Una joya inesperada para el rider explorador.