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Corea: Naturaleza, cultura y adrenalina sin límites

Corea: Naturaleza, cultura y adrenalina sin límites
Corea del Sur es un país que fascina por la manera en que combina tradición y modernidad, pero para los motociclistas guarda un atractivo aún más especial, sus carreteras panorámicas. Entre montañas que parecen tocar el cielo, templos antiguos y curvas que despiertan la adrenalina, viajar en moto por Corea es una experiencia inolvidable.
Una de las rutas más emblemáticas parte de Seúl, la capital vibrante y tecnológica, rumbo al Parque Nacional de Seoraksan, en la provincia de Gangwon. El recorrido es de aproximadamente 200 kilómetros, con un tiempo estimado de 3 a 4 horas en moto, atravesando autopistas modernas y carreteras secundarias que ofrecen un paisaje cambiante de lo urbano al silencio de las montañas.
El camino está lleno de atractivos, desde las áreas de descanso que ofrecen comida típica como tteokbokki o ramyeon, hasta pueblos pintorescos donde se respira el espíritu coreano. Al llegar a Seoraksan, el escenario se transforma: imponentes formaciones rocosas, cascadas cristalinas y bosques que cambian de color con cada estación. El templo de Sinheungsa y la gran estatua de Buda de bronce son paradas obligadas, donde la espiritualidad se mezcla con la naturaleza.
Esta ruta es ideal para motocicletas touring o sport-touring, aunque también resulta cómoda para motos de mediana cilindrada gracias a la calidad de las carreteras. El mejor momento para rodar es temprano en la mañana, cuando la neblina envuelve las montañas y el tráfico es más ligero, lo que garantiza una experiencia más fluida y envolvente.
Seoraksan no solo deslumbra por su belleza natural, también es un lugar cargado de historia y significado. Durante siglos, ha sido refugio espiritual para monjes y poetas, un espacio donde la fuerza de la naturaleza inspira respeto y contemplación. Recorrerlo en moto es entrar en contacto con esa dualidad entre adrenalina y paz interior, una sensación difícil de encontrar en otro lugar.
El viaje puede extenderse hacia la costa del Mar del Este, donde las carreteras bordean acantilados y playas tranquilas, ofreciendo otra cara de Corea más abierta, fresca y con vistas que se pierden en el horizonte.
Viajar en moto por Corea es mucho más que un recorrido lleno de curvas y paisajes espectaculares: es un viaje al corazón de una cultura que honra su historia mientras avanza con paso firme hacia el futuro.

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