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Cookie Ayers-Crum, pionera del motociclismo de acrobacia

Cookie Ayers-Crum, pionera del motociclismo de acrobacia
Probablemente por el hecho de que las mujeres no han tenido la apertura que se merecen en el mundo del motociclismo, es tan extraordinario cuando encontramos a una mujer que vence los parámetros puestos por la sociedad y el machismo, y logra posicionarse como una de las grandes. En una época donde las mujeres sólo brillaban en la pantalla grande, donde el glamour de ser una artista de renombre era lo único grandioso que podían aspirar las mujeres, Cookie Ayers-Crum se encargó de romper con estos paradigmas convirtiéndose en una de las pioneras de las acrobacias en moto. En un periódico de 1949, había un clasificado que se leía “Oportunidad de viajar con un espectáculo y aprender una profesión emocionante y bien remunerada. Le enseñaremos a una chica amable, con temple y coraje a ser conductora de moto de exposición en un motódromo. Se le pagará mientras esté aprendiendo. Esta es una profesión de gran prestigio y una rara oportunidad”. La señorita Margery Coffman de 17 años, no se pudo resistir.
Antes de convertirse en Cookie Ayers-Crum, Margery Coffman de 14 años  se robaba la moto de su papá, por lo que cuando llega esta oportunidad, no pudo dejarla pasar.  “Quería algo diferente” dijo. “Nunca quise sentarme en una oficina todo el día”. Desde hace un tiempo, Margery había notado que la escuela no era lo suyo y al ya tener cierta experiencia con las motos, decide responder al aviso, mintiendo un poco sobre su edad para poder calificar y ser contratada. Durante los siguientes ocho años, Coffman se hace del nombre artístico “Cookie Ayers”, y se la pasa viajando entre el noreste y sureste de los Estados Unidos, en varios carnavales y espectáculos como uno de los preeminentes mujeres pilotos del “Muro de la Muerte”. El Muro de la Muerte consistía en un artilugio circular de 90 grados, con paredes altas y a veces con una sección en pendiente entre la pared y el suelo. Los pilotos acumulaban velocidad en la superficie plana y luego se dirigían hacia los lados verticales. Una vez arriba, los pilotos tendrían a los aficionados de pie, ya que los acróbatas montaban sin manos, parados en la moto o incluso haciendo carreras con otro piloto. Era uno de los espectáculos más emocionantes de mediados de los 20’s, pero esa bastante peligroso ya que varios acróbatas morían en el intento.
Michele Thomas, hija de Crum, quien creció viendo a su madre hacer estas acrobacias, la recuerda como “una bailarina en una motocicleta”. Mientras que para Cookie, era de lo más natural del mundo estar montada en una moto haciendo el muro de la muerte, para ella era como lo que para cualquier persona es caminar en la calle; pero cuando se sentaba con los demás aficionados y veía a sus compañeros, se quedaba sin aliento ya que no podía creer que ella pudiera hacer eso. Cientos de shows como este, recorrieron el país en la década de 1940 y 1950, incluso uno sigue de gira hoy en día, pero ver a una mujer como Crum hacer ese tipo de acrobacias era bastante raro. Por lo que Crum siempre estaba al tanto de los estereotipos sobre los motociclistas, esto sólo alimentaba su pasión para salir a combatirlos y probarles que las mujeres podían ser tan buenas como los hombres, incluso mejores. Algo que siempre caracterizó a Crum es que no era la típica biker, nunca usó una chaqueta de cuero negra o pantalones de cuero, ya que para ella ese era la indumentaria de los “chicos malos”, ella quería que la gente viera a los motociclistas como gente agradable, por lo que siempre estaba vestida con unas botas y chaqueta blanca, muy bien maquillada y arreglada como una dama debía hacerlo.
Después de ocho años, dos matrimonios, un bebe, un divorcio, ninguna lesión grave y muchos shows en el Muro de la Muerte, Cookie decide renunciar a su titulo de “Reina de los pilotos temerarios”. Se muda brevemente a Portland con su hija de 8 años y su segundo esposo, después se mudan a Medford donde la pasión por las motos la hace abrir una tienda Harley-Davidson. La tienda como su matrimonio, duraron seis años. Mientras trabajaba en una variedad de puestos de trabajo, Crum siguió extendiendo su pasión por las motos, uniéndose a casi todas las organizaciones de motociclismo que existía, y donde no existía una ella la empezaba. Se casa por tercera vez, pero su marido muere en un accidente. En 1985, se casa por cuarta vez con un rider llamado Bob Crum. La ceremonia se celebro encima de sus Honda Gold Wing en el MGM Grand de Reno. Juntos fundan una revista de motos y pasan años viajando en sus motos. Cookie siempre vistiendo el outfit que tanto la caracterizaba, sus botas y chaqueta blanca.
Cookie de Ayers-Crum falleció el 3 de junio de 2015, después llevar una vida inspiradora que ayudó a allanar el camino para un sinnúmero de mujeres en el motociclismo. Inspiradoras historias como la de Crum son las que MOTOCICLO congratula y te presenta en sus ediciones.

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