Viajar en motocicleta por Praga es una experiencia que combina historia, arquitectura y paisajes únicos. Conocida como la “Ciudad de las Cien Torres”, esta joya de Europa Central ofrece un recorrido cautivador entre calles empedradas, puentes históricos y colinas que regalan vistas espectaculares. Tu travesía comienza en el Puente de Carlos, uno de los monumentos más
emblemáticos de la ciudad. Este puente gótico, adornado con esculturas, conecta el casco antiguo con el barrio de Malá Strana, donde te esperan calles estrechas y edificios barrocos. Desde aquí, asciende al Castillo de Praga, una de las fortalezas más grandes del mundo, y disfruta de una panorámica inigualable de la ciudad.
Continúa tu viaje hacia la Plaza de la Ciudad Vieja, el corazón histórico de Praga. Aquí encontrarás el famoso Reloj Astronómico, rodeado de una vibrante atmósfera llena de cafeterías, músicos callejeros y arquitectura renacentista. Desde este punto, toma la ruta hacia Vyšehrad, una antigua fortaleza con vistas al río Moldava, ideal para un momento de calma y reflexión.
Sigue la carretera que bordea el río Moldava, una ruta tranquila que combina naturaleza y ciudad. Este trayecto ofrece vistas espectaculares del perfil urbano de Praga, con sus torres y cúpulas destacándose en el horizonte. Una parada obligada es Letná Park, un espacio verde perfecto para admirar la ciudad desde las alturas y tomar un descanso antes de continuar.
Si buscas una experiencia más aventurera, dirígete hacia el monte Petřín, accesible por carreteras sinuosas que ofrecen un emocionante desafío para motociclistas. En la cima, encontrarás la Torre de Petřín, un mirador que recuerda a la Torre Eiffel y desde donde podrás disfrutar de una vista panorámica de Praga y sus alrededores.
Praga ofrece una mezcla de rutas urbanas y caminos tranquilos ideales para explorarla en motocicleta. Las carreteras están en buen estado, aunque en algunas zonas históricas deberás maniobrar con cuidado debido a los adoquines. La mejor época para visitar es entre primavera y otoño, cuando el clima es templado y los paisajes lucen en su máximo esplendor.
En el camino, no te pierdas la gastronomía checa. Disfruta de platos tradicionales como el goulash, el svíčková y los famosos trdelník, acompañados de una cerveza artesanal, orgullo del país. Los praguenses son amables y están dispuestos a compartir la riqueza de su cultura y su ciudad.
Praga es mucho más que un destino turístico; es un viaje en el tiempo, una inmersión en una ciudad que respira historia, arte y cultura a cada paso. Desde sus majestuosos monumentos hasta los rincones más tranquilos, cada parte de la ciudad ofrece algo único, especialmente cuando se explora sobre dos ruedas.
¡Praga te espera con los brazos abiertos!