El legado imborrable de Paulo Gonçalves, conocido como “Speedy”, sigue resonando en el mundo del motociclismo. Cuatro años después de su trágica partida durante el Dakar 2020, Esposende, su ciudad natal en el distrito de Braga, Portugal, rinde homenaje al gran piloto con una monumental estatua ubicada estratégicamente en un parque urbano que lleva su nombre.
Esta impresionante escultura, creada por el talentoso escultor Paulo Maria, se erige como un tributo único a la vida y carrera de Gonçalves. Con más de 27,600 piezas provenientes de diversas motocicletas, la estatua de ocho toneladas captura la esencia de “Speedy” surcando el desierto a una rueda. Llantas, engranajes, cadenas y otros elementos donados por marcas vinculadas al piloto forman esta obra de moto-arte que se alza a más de cinco metros de altura.
El 10 de febrero marcó la emotiva inauguración de esta imponente estatua, congregando a numerosos aficionados que quisieron mostrar su apoyo y recuerdo al piloto. Financiado por el municipio de Esposende, el proyecto contó con la colaboración constante de la Asociación Speedy Forever, subrayando la conexión duradera que Gonçalves tenía con su comunidad.
Las ocho toneladas de la estatua no solo son un peso monumental, sino también un testimonio del compromiso de diversas marcas que contribuyeron con piezas significativas. Llantas, embragues, pistones y más, donados por compañías ligadas al piloto, se entrelazan para formar una representación única de Paulo Gonçalves. Un tributo visual y táctil que asegura que “Speedy” esté siempre presente en la Avda. 19 de agosto, dejando una huella indeleble en la ciudad portuguesa de Esposende.