Una de las frases más comunes tras un accidente en moto es: “Perdón, no te vi”. Aunque suele atribuirse al descuido del conductor del coche, un estudio de la Nottingham Trent University revela que el problema va más allá de la simple distracción: el cerebro humano no está preparado para detectar fácilmente objetos pequeños y rápidos como una motocicleta.
Titulado The Motorcycles in the Mind’s Eye, el informe analiza la situación en las carreteras del Reino Unido, donde los motociclistas representan apenas el 1 % del tráfico pero casi el 20 % de las víctimas mortales. En España, la tendencia también es alarmante: en la última década, las muertes en moto han aumentado un 74 %, frente al 21 % en automóviles.
El estudio señala que muchos automovilistas no logran anticipar la posición de una moto porque su experiencia al volante no incluye situaciones en las que una motocicleta se desplace entre vehículos o quede oculta tras otro coche en una intersección. Además, el cerebro prioriza la detección de objetos grandes, por lo que una moto puede pasar desapercibida incluso estando en el campo visual del conductor.
Pero el problema no termina ahí: cuando el coche sí logra ver la moto, su forma estrecha y su pequeño perfil frontal hacen que el cerebro del conductor calcule erróneamente la distancia y la velocidad. Así, muchos cruzan su trayectoria pensando que la moto aún está lejos o que va más despacio, lo que con frecuencia termina en una colisión.
No se trata de buscar culpables, sino de comprender por qué ocurren estos incidentes y cómo evitarlos. La visibilidad sigue siendo clave: usar luces encendidas, ropa llamativa y evitar los puntos ciegos de los vehículos puede marcar la diferencia para ser detectado a tiempo y llegar seguro al destino.
