El fabricante francés Koehler-Escoffier, a pesar de ser menos conocido que otras marcas francesas como Terrot o Peugeot, dejó una huella indeleble en el mundo de las motocicletas. Desde sus inicios, destacó con su bicilíndrico de válvulas laterales, utilizado para desafiar a los mono Magnat-Debon en 1912.
Tras un período de renovación en 1922, impulsado por el ingeniero Raymond Guiguet, la marca resurgió con el V-Twin “Mandolin”, equipado con mejoras que lo hicieron más confiable y eficiente. La versión “Sport” del Mandolin, lanzada en 1923, cosechó numerosos éxitos en competencias del sur de Francia.
En 1929, bajo la adquisición de Monet-Goyon, Koehler-Escoffier se reinventó nuevamente. Con recursos y tecnología renovados, produjo máquinas que demostraron ser altamente eficientes en competencias, como el “George Monneret Records”, que alcanzó velocidades impresionantes y estableció récords notables.
Aunque Koehler-Escoffier desapareció en 1957, su legado perdura como un símbolo de excelencia francesa en el mundo de las motocicletas, recordándonos la constante búsqueda de innovación y rendimiento en el diseño de vehículos de dos ruedas.
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