Para Claire, las palabras de su abuela en la cama del hospital cambiaron su vida y, sin proponérselo, la de muchas personas más. Se puso como meta huir del miedo y hacerse fuerte.
En su aventura africana se dio cuenta de que los motociclistas de estos lugares no se preocupaban por su seguridad, y que incluso viajaban tres en una misma moto por carreteras altamente peligrosas.
Además observó que alrededor de 24 mujeres morían cada día durante el parto, a veces porque la asistencia médica encontraba complicaciones para llegar a las zonas rurales remotas, y otras por la falta de conciencia sobre seguridad vial y educación del mantenimiento. Esto horrorizó a Claire, por lo que decidió hacer algo al respecto. Fue así que se le ocurrió la idea de fundar una organización benéfica de motos para generar conciencia y capacitar a la comunidad.
Pikilily fue cofundada en 2016 en Mwanza por Claire Elsdon y Khalid Maagi en respuesta a la tasa de accidentes devastadoramente alta entre los conductores de motocicletas y las trágicas consecuencias que acarreaba para las familias y las comunidades de África.
En swahili, la lengua natal de Tanzania, la palabra piki piki significa “motocicleta”, por eso “piki” forma la primera mitad del nombre de su asociación, y la segunda, lily, hace referencia a la flor del lirio, que tradicionalmente se le conoce como la flor de la mujer. Así fue como esta combinación de palabra le pareció a Claire una muy buena opción para denominar su proyecto de motocicletas, dirigida por mujeres.
Claire estaba consciente de que si bien el mantenimiento de los vehículos era esencial, la capacitación en seguridad vial y el uso de cascos de calidad era lo que realmente se necesitaba para lograr un cambio significativo. Además, como había pocas oportunidades para las mujeres africanas en el motociclismo, ella tenía el firme deseo de crear el primer centro de talleres de motocicletas femeninas por aquellos lares.
Su labor ha sido grandiosa, y ya han formado a más de 1 500 personas en todo el continente durante los últimos nueve meses. “Si gracias a ello pueden evitarse tragedias que afecten a sus familias, habrá valido la pena”, comenta Claire.
Originalmente su plan consistía en llevar a cabo servicios de capacitación para motociclistas locales, y aunque esto sigue siendo un fuerte objetivo para esta asociación, una vez que se formalizaron, el oficial médico de un distrito vecino los contactó para ofrecer ayuda y colaborar con dos ambulancias de motocicletas (eRanger) que ya no estaban en uso.
Entonces acordaron no sólo restaurar las motocicletas, sino también capacitar a cinco mujeres de la localidad para que pudieran montar y mantener en buen estado los eRangers, así como para que adquirieran conocimientos de primeros auxilios y defensa personal. Esto le permitió a Pikilily comenzar un plan piloto sostenible de doce meses de bajo costo y alto impacto.
Clair comenta que hay aproximadamente 400 eRangers en mal estado en todo el país, y que su misión es encontrar esos 400 vehículos y ponerlos nuevamente en servicio para que nadie se quede sin apoyo; a esto es a lo que ellos llaman “atención médica”.
La finalidad de esta organización es implementar un taller físico de base desde el cual se imparta la capacitación para restaurar motocicletas y realizar tareas de servicio y reparación para la comunidad. A partir de estas labores esperan establecer una presencia y comprometerse con los distritos en los que trabajan, además de fortalecer dos áreas principales: la atención de la salud y la educación.