Francia es un paraíso para los motociclistas que buscan aventura con un toque de historia y elegancia. El viaje comienza en París, ciudad que deslumbra con sus monumentos icónicos: la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo y la Catedral de Notre Dame. Tras recorrer sus avenidas, es momento de tomar la Autopista A6, conocida como “Autoroute du Soleil”, un camino cómodo y bien señalizado que prepara el terreno para una travesía inolvidable.
La primera parada es Lyon, a 465 km, y a unas 5 horas de recorrido. La ruta combina rectas largas con tramos urbanos, ideales para motos touring. Lyon recibe al viajero con su casco histórico declarado Patrimonio de la Humanidad, callejones medievales y una gastronomía que invita a hacer una pausa para probar la sopa de cebolla y el “quenelle de brochet”, una especialidad local.
Desde allí, el camino se adentra hacia el Valle del Loira, a unos 330 km. Este trayecto alterna carreteras amplias y secundarias que cruzan campos, bosques y viñedos, regalando curvas suaves que hacen disfrutar cada kilómetro. El Valle es famoso por sus castillos renacentistas, como el de Chambord y Amboise, que parecen salidos de un cuento. Además, los motociclistas pueden disfrutar de vinos regionales y quesos artesanales, el complemento perfecto para continuar el viaje.
La ruta sube de intensidad con la llegada a la Costa Azul, tras un recorrido de 470 km. Aquí los motociclistas encontrarán uno de los tramos más espectaculares, el descenso desde los Alpes hacia el Mediterráneo, un camino que combina túneles, pendientes y panorámicas de ensueño. Ya en el litoral, recorrer la Corniche d’Or es un deleite, una carretera que zigzagea junto al mar entre acantilados y calas escondidas. Ciudades como Niza, Cannes y el Principado de Mónaco ofrecen lujo, playas y ambiente vibrante, el contraste perfecto con la naturaleza del camino.
El regreso a París puede hacerse por la Autopista A8 y A6, en un trayecto de 930 km y aproximadamente 9 horas, un reto que permite disfrutar de largas rectas y paradas estratégicas en áreas de descanso que facilitan la travesía en moto.
Esta ruta es ideal para motociclistas que buscan combinar adrenalina, paisajes y cultura en un solo viaje. Se recomiendan motos touring, sport-touring o adventure, además de equipo de seguridad completo para enfrentar tanto tramos rectos como carreteras de curvas. La mejor temporada para recorrerla es entre abril y octubre, cuando el clima templado favorece tanto la conducción como las paradas turísticas.
