El nacimiento de una leyenda

Presentada en el Salón IFMA de Colonia en 1984 y lanzada al mercado un año después, la GSX-R750 fue concebida para brillar tanto en los circuitos como en las carreteras. Su diseño, inspirado en las motos de resistencia, destacaba por su carenado integral, doble faro y una posición de conducción enfocada en la deportividad.

El desarrollo del modelo estuvo a cargo de Etsuo Yokouchi, quien recibió el desafío de fabricar una moto más ligera y potente que la competencia. La GSX-R750 debía pesar un 20% menos que sus rivales y ofrecer al menos 100 CV de potencia, un objetivo logrado gracias al motor de cuatro cilindros en línea con refrigeración mixta aire-aceite, inspirado en la ingeniería aeronáutica del Rolls Royce Spitfire.

Desde su debut, esta motocicleta impresionó con su combinación de potencia y ligereza. Con apenas 179 kg en vacío y 105 CV a 10.500 rpm, incorporaba tecnología avanzada como el Sistema Avanzado de Refrigeración Suzuki (SACS), el Sistema de Admisión Directa de Aire (DAIS) y carburadores Mikuni de 29 mm. Su chasis de aluminio extruido, suspensión trasera de competición y cuadro de mandos minimalista mostraban su enfoque en el rendimiento puro.

En 1987, Suzuki lanzó una edición limitada GSX-R750R, con solo 500 unidades, que añadía mejoras como embrague en seco y neumáticos radiales.

La segunda generación llegó en 1988 con un chasis más rígido, un motor rediseñado y una aerodinámica optimizada que reducía la resistencia al aire. Sin embargo, el peso aumentó a 195 kg debido a las mejoras estructurales. Un año después, Suzuki introdujo la GSX-R750R para homologar su participación en el WSBK, consolidando su estatus de moto de competición accesible para los entusiastas.

Cuatro décadas de legado

Hoy, 40 años después, la GSX-R750 sigue siendo un referente en el motociclismo deportivo. Su trayectoria ha dejado una huella imborrable, demostrando que una moto nacida para la pista puede convertirse en un icono eterno.