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Georges Cojuc Kuzenco, de alma altruista hasta la muerte

Georges Cojuc Kuzenco, de alma altruista hasta la muerte
Georges, Jorge o Comandante, como le decíamos los que tuvimos el privilegio de haber conocido a este gran caballero, sencillo y modesto. Don Jorge nació en París, el 20 de enero de 1928, de padres refugiados de la Revolución Rusa de 1917.  Desde su infancia, ante la invasión nazi durante la Segunda Guerra Mundial, mostró señales de altruismo y de valor, participando en actividades de resistencia acordes con su edad, por medio del escultismo al que ingresó a los once años de edad y por su conducto colaborando con la Cruz Roja Francesa. La persecución que sufrían los judíos lo obligó, a la edad de 13 años y en compañía de sus padres, a abandonar Francia, su país natal al que durante toda su vida llevaría muy hondo en el corazón.  Lo primero que hizo al arribar a tierras mexicanas fue inscribirse en las listas del movimiento de la Francia Libre, gobierno estructurado paralelo en el exilio, encabezado por el General Charles de Gaulle.  De esta forma, don Jorge cumplía con el deber que sentía de no abandonar a Francia en esos días aciagos y de participar desde aquí abiertamente en la lucha que de Gaulle sostenía contra las tropas de invasión.   Se inscribió al Liceo Franco Mexicano para continuar sus estudios dentro de la cultura francesa.  A renglón seguido se registró con los Scouts de France y posteriormente con los Scouts de México, mediante lo cual se integró a nuestro país, al que serviría de diversas formas durante toda su vida con lo mejor de él mismo. Más tarde, en edad universitaria ingresa de nuevo como voluntario, esta vez a la Cruz Roja Mexicana. Con el tiempo colabora de lleno y llega a dirigir la Escuela que aseguraría la formación de Socorristas de dicha Institución. A la vez, estas experiencias le permiten relacionarse con los dirigentes de Cruz Roja de un sinnúmero de naciones participantes en dichos programas.  Todo ello contribuye a su eficiente labor de socorro, tanto en México como en el extranjero, en graves embistes de la naturaleza como terremotos, deslaves, inundaciones; lo mismo que accidentes aéreos y terrestres, explosiones, incendios y todo cuanto corresponde a la categoría de desastres.  
Fue dirigente, de los Scouts Israelitas, afiliados a los Scouts de México y  en la misma vena, fundó los Scouts Bet-El, de los que fuera Jefe de Grupo y dirigente por largo tiempo.  Colaboró estrechamente asimismo con los Scouts de France. De la misma forma, paralelamente a su profunda investidura en la Cruz Roja Mexicana, conservó siempre nexos estrechos con beneméritas instituciones de otros países como la Croix-Rouge Française en las cuales también desempeñaba cargos, tal como Oficial Regional de Socorrismo de la Subregión 1 para América Central, Panamá y el Caribe y Asesor del Delegado de la Liga de Sociedades de la Cruz Roja para América Latina en Socorrismo, lo mismo que otros nombramientos provenientes de la sede central de Cruz Roja en Ginebra.  Fue miembro fundador y Presidente del capítulo de México del Maguen David Adom, Sociedad de Cruz Roja del Estado de Israel. Durante más de cuatro décadas, don Jorge trabajó en el ramo del motociclismo, una de sus más grandes pasiones, en el cual fue una verdadera enciclopedia, respetado por la integridad con la que siempre condujo sus negocios.  Con su hijo Sergio compartió un profundo interés y dedicación a este deporte y medio de transporte.  Inicialmente como aficionado, entra de lleno al gremio en el año de 1955 con la representación exclusiva de importación de la muy prestigiosa  marca inglesa “Triumph”.   A partir de entonces, aunando su entusiasmo por este medio de transporte urbano, turístico y deportivo, se dedica profesionalmente de lleno a esta actividad importando diversas marcas y dando el servicio cabal de postventa y mecánica.  Su credo fue el de ofrecer la mejor manutención posible a las motocicletas en general conservando en particular la responsabilidad de servicio y disponibilidad de refacciones hacia las unidades vendidas por su empresa, “Central de Motos”, renombrada por cuarenta años en el medio del motociclismo y cuya historia merece un capítulo aparte.  Todo ello en una época de proteccionismo nacional con cambios de políticas gubernamentales frecuentes en el que la importación requería de mucha perseverancia y dedicación.   Aun después de jubilado, don Jorge siguió documentándose, actualizándose y reuniéndose regularmente con un grupo de motociclistas inveterados con quienes conservó nexos profesionales así como amistosos.  
  Como motociclista fue miembro, entre otras sociedades,  del Moto-Club Independiente, de la Hermandad de Motociclistas de Tránsito así como de la Fraternidad de Motociclistas, Oficiales y Policía Federal de Caminos de la República Mexicana, A. C.; y en la Cruz Roja Mexicana, Jefe de la Comisión de Relaciones y Jefe de Motociclistas organizando y prestando innumerables servicios como escolta de ambulancias, presencia en eventos cívicos, deportivos y de desastres así como en todas las situaciones que pudieran requerir de personas capacitadas, disponibles para trasladarse rápidamente para ayudar a sus semejantes.  Miembro también de la Federación Mexicana de Motociclismo, A. C.; de la Confederación        Deportiva Mexicana; miembro de la Fundación Alfonso Sotomayor, A. C., y por supuesto del Club de Motocicletas Antiguas de México, al que le tenía un apego muy especial por el ambiente cordial de sus reuniones así como por el vivo recuerdo de su hijo Sergio quien fuera muy activo en dicha asociación.  Por tiempo prolongado fue redactor para la sección de Motociclismo de la revista deportiva “Récord”. Desde su inicio participó en Expo Moto, siempre con renovado entusiasmo.  Este evento era motivo de numerosos intercambios, de pláticas y proyectos con personas del gremio que él apreciaba y de las que se sabía a su vez apreciado y respetado.   Por ser el Decano del Motociclismo en México así como por su trayectoria en dicho ámbito, en los pasados años se otorgaba a don Jorge el honor de cortar el listón inaugural, tomar la palabra y figurar en Expo Moto, distinciones que lo conmovían hondamente.  El Comité Organizador año con año hacía a don Jorge acreedor a un reconocimiento “Por su entusiasta participación en el desarrollo del evento, su invaluable apoyo y decidido impulso al mundo del motociclismo mexicano”, mismos que le valieron homenajes oficiales en dichos eventos, incluyendo uno póstumo en fecha reciente.                Don Jorge falleció el 21 de octubre de 2008 dejando una profunda huella en el medio.  Un hombre íntegro quien se casó con su novia de la adolescencia, Ariel Wolfowitz, a la edad de 21 años, formando un sólido matrimonio en el que procrearon tres hijos: Juan Ricardo, Sergio (q.e.p.d.) y Fabricio, que fueron su motivo de orgullo proporcionándole a lo largo de los años grandes satisfacciones y alegrías.  Completaron su familia sus nueras Laura Yael y Rebeca así como sus cuatro nietos Talyah, Yediel, Gabriel y Nurit, quienes también colmaron su vida.  

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