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Cuetzalan, esplendor étnico congelado en el tiempo

Cuetzalan, esplendor étnico congelado en el tiempo
Atrévete a descubrir este pueblo mágico escondido entre montañas, con mañanas frescas y neblinosas que dejan entrever el camino empedrado que te llevará a un viaje singular. Cuetzalan está ubicada en la sierra de Puebla a cuatro horas y media aproximadamente de la CDMX, por la autopista México-Puebla. Una vez que se pasa el estadio Cuauhtémoc, como a cinco minutos hay que tomar la desviación a la derecha para incorporarse a la autopista de Perote. Al llegar a la ciudad de Zaragoza se dobla a la izquierda, como si se fuera a Puebla por la carretera federal, y después de cinco minutos aproximadamente, en la desviación de Acuaco, se gira a la derecha y en alrededor de media hora estarás llegando a Cuetzalan.
Este pueblo, lleno de coloridas tradiciones, es famoso por su tianguis dominical al aire libre, donde se exhiben productos agrícolas de la región y artesanías indígenas. Es increíble cómo esta comunidad aún conserva las costumbres de sus antepasados: las danzas y las festividades, el uso de huipiles finamente bordados, los morrales y los elegantes rebozos que engalanan aún más su belleza gracias a la lengua náhuatl de los pobladores de Cuetzalan, y claro, su cocina ancestral, con recetas indígenas básicamente, pero también con una que otra colonial, propia de la Nueva España. Estos platillos te abrirán el apetito con solo verlos, como el pollo en chiltatix, la cecina ahumada acompañada de hongos zetas y tlayoyos, las enmoladas, los frijoles con xocoyolin y las acamayas de agua dulce.
Camina por la plaza principal y aprecia la sencilla arquitectura de Cuetzalan, como el Santuario de Guadalupe, mejor conocido como la Iglesia de los Jarritos, nombre que se le otorgó por su característica aguja decorada con jarritos de terracota. Bajo la armonía de tan pintoresco pueblo encontrarás un mundo subterráneo para los más aventureros, con ríos y grutas para conocer. Podrás realizar actividades de la mano de la naturaleza que te cargarán de endorfina, desde una tranquila caminata hasta un rápido descenso en tirolesa. Podrás practicar rappel, cañonismo, paseo a caballo y hasta relajarte en las frescas aguas de los pozos.
A tan solo siete kilómetros del pueblo está la zona arqueológica de Yohualichan, antiguo centro ceremonial de la gran provincia de Totonacapan del México prehispánico. No dejes de visitarla. Por supuesto, no puedes ir a Cuetzalan y no probar el café más aromático de México. Hospédate en una de las cabañas dentro de las más de once hectáreas de la Reserva Azul y aprende sobre la producción y los usos medicinales del café. Pasa un fin de semana inolvidable atravesando la ventana del tiempo en la Sierra Norte de Puebla. Rueda seguro, respetando los señalamientos y utilizando el equipo de seguridad adecuado. Espera nuestro próximo destino en la siguiente edición de MOTOCICLO.

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