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Honor a quien honor merece sin estar en el podio

Honor a quien honor merece sin estar en el podio
Las pistas Paraíso que estuvieron ubicadas en Atizapán de Zaragoza, Estado de México, un ovalo de 800 metros de longitud de terracería y una pista para Go karts, escenario que fue un éxito por varias temporadas, hasta que la urbanización las absorbió.
La pista del ovalo siempre estuvo bien preparada y permitió presentar excelentes carreras de motocicletas, aún cuando también hubo programas de autos.
En este interesante escenario y únicamente en esta pista el oficial que manejaba la bandera de cuadros de triunfo fue un caso único, uniformado con un overol blanco pulcro, excedido de peso, no parecía un atleta aunque lo demostró por varias temporadas o años, tenía calculados sus movimientos y al llegar el triunfador pegaba un brinco, abría las piernas y los brazos para formar una “X” por segundo, al caer ondeaba la bandera.
Las acciones se repetían siete veces por programa que comprendía las categorías de 125, 200, 250, 350, 650, libre estelar y mono marca Harley 1200 con los estruendosos motores y pesados chasis.
Otro caso único ocurrió en el campeonato de motocross de Veracruz una década después mas o menos en las entidades de Minatitlán y Coatzacoalcos y puntos intermedios o cercanos, el oficial de pista daba el banderazo al ganador y después giraba sobre sus pies dos o tres veces ondeando la bandera apoyada en la
cintura.
Honor a quien honor merece sin estar en el podio.

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