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“The Crapshoot”: el resultado de la suma de una Dragster antigua y la tecnología del siglo XXI

“The Crapshoot”: el resultado de la suma de una Dragster antigua y la tecnología del siglo XXI
Una vez más te presentaremos una customizada con un pasado lleno de historia, ya que todos sabemos que una moto personalizada nunca pasa de moda. El toque que en ellas plasman sus propietarios hace que permanezcan vigentes aun con el paso del tiempo. Hoy en día hay personas que se dan a la tarea de construir y modificar réplicas de modelos que en el pasado dejaron una huella en el mundo del motociclismo, y que bien vale la pena traerlas al presente resaltando sus mayores virtudes, ¿y por qué no?, dándoles también un toque de modernidad y dinamismo que el siglo XXI nos regala. The Crapshoot nace tomando como punto de partida las motos artesanales de dragster, que eran impulsadas a través de nitrometano. Estas unidades motorizadas tuvieron su mayor auge durante las décadas de los 60 y 70, y en ellas el piloto estadounidense Boris Murray alcanzó varios récords de velocidad.
Fue la empresa californiana Alta Motors —la cual cuenta con una gran variedad de motos eléctricas cuyos precios manejan un atractivo esquema— la encargada de poner manos a la obra sobre la Crapshoot, para la cual fue utilizada una Redshift, de la cual se tomaron diversas partes, como el motor eléctrico, la batería, la electrónica y el chasis. Hablando de este último, después de hacerle algunas modificaciones el resultado final fue un subchasis sin suspensión en la parte trasera de la moto, misma zona en la que se optó por mantener las “imperfecciones” que le dan un toque diferente y original. John Mclnnis, el diseñador de Alta Motors, comenta que lo que se pretendía crear era algo inesperado, para que al utilizar la plataforma de las Redshift se pudiera obtener un concepto totalmente diferente con hacerle unos cuantos ajustes. Hubo más piezas que fueron tomadas de otras motocicletas, como la rueda delantera y el pedal del freno trasero, que fueron extraídos de una Harley Davidson Sportster; mientras que el tren delantero es el de una Honda CB350. Al no existir un tanque de depósito el asiento de la moto se extiende de manera prolongada hacia la parte de adelante, sobre una pieza metálica esculpida a mano, y como tampoco existe el motor de combustión y todos sus elementos, es posible observar directamente su chasis y su cadena.
Aunque a simple vista podría parecer que esta customizada se creó tras un proceso sencillo, la realidad es que fue un trayecto de elaboración más complicado de lo que se pudiese pensar, y esto se debe a que la moto que fue tomada de base quizá no era la más adecuada para adecuar una motocicleta con una historia previa de más de cincuenta años. Sin embargo, he aquí el impecable resultado.

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