Entre indios y vaqueros, Alvis y Effie Hotchkiss se convirtieron en las primeras figuras femeninas en recorrer Estados Unidos de costa a costa, montadas en una Harley Davidson modelo 11F de tres velocidades, motor en V y 61 pulgadas cúbicas. Madre e hija partieron desde Nueva York a California para no perderse la Feria Mundial de San Francisco. En el año de 1915 Effie Hotchkiss era una simple empleada de la Wall Street de Nueva York. Cansada de su vida cotidiana, soñaba con alejarse de la rutina y emprender una aventura emocionante en motocicleta para conocer más de cerca su país. Aprovechando la venta de una finca familiar, y sin consultarle a nadie, Effie se decidió a comprar la motocicleta para emprender su viaje hacia la Costa Oeste. Cuando Alvis —su madre— lo supo, en lugar de oponerse a esta rebelde decisión la apoyó y no quiso dejarla sola en la travesía. Sin embargo, antes de partir tuvieron que adaptar un sidecar para que Alvis pudiera acompañarla, pues poseía un cuerpo robusto.

Y así fue como madre e hija emprendieron un viaje juntas hacia la Costa Oeste, el cual cambió sus vidas drásticamente. Effie pasó de ser una empleada rutinaria a una mecánica aventurera que no se detuvo ante nada durante este viaje. Hubo momentos en los que fue necesario reparar la motocicleta en parajes aislados, pero no se amedrentaron. Como por ejemplo cuando se acercaban a Nuevo México y de pronto la motocicleta se quedó sin cámara de aire. Madre e hija tuvieron que improvisar y remplazarla con una manta hasta que pudieron llegar al poblado más cercano para comprar una cámara nueva. Ni los incidentes mecánicos, ni las inclemencias del clima, ni el terreno incierto, ni los peligros que se les presentaron a lo largo del camino minaron el deseo ferviente de Alvis y Effie por llegar a San Francisco. Hay que destacar que en aquella época no existían comodidades viales ni seguridad alguna, por lo cual esta travesía fue en verdad extraordinaria. En dos meses realizaron el trayecto de Nueva York a San Francisco, meses que estuvieron llenos de valiosas vivencias y experiencias. Curiosamente, cuando Effie llegó conduciendo a su meta, San Francisco, en una de sus calles atropelló al hombre que se convertiría en su esposo. Estas audaces mujeres no se guiaban por reglas estrictas, ni seguían las normas de cómo debían vivir según los estándares y círculos sociales de inicios del siglo XX. Su motivación principal fue este viaje en motocicleta, la compañera perfecta para la tenacidad y el espíritu libre que compartían esta madre y esta hija excepcionales. Al igual que este par de mujeres demostraron su espíritu aventurero, existen muchas otras que han impulsado la fuerza femenina en el mundo de las motos. Conócelas en las próximas ediciones de MOTOCICLO.