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BMW R-17, 1937

BMW R-17, 1937
“Lo siento, no hablo inglés, solo alemán, y no hago negocios con mexicanos.” Esta “cordial” respuesta tuvo que ser escuchada varias veces por el Restaurador, quien en 2008 emprendía la tarea de restaurar una fascinante motocicleta: la BMW R-17, modelo 1937, que acababa de adquirir. Los modelos sobrevivientes de antes de la guerra de motos alemanas son muy escasos en el mundo. En Estados Unidos hay solamente cinco R-17, seis en Europa y en México ésta sería la única. Esta R-17 había llegado a México en 1937 importada por Hermann Rowold, padre, quien fue por largo tiempo distribuidor de la marca en México. La R-17 fue la moto “personal” del Sr. Rowold, quien la utilizó para transportarse en la ciudad, viajar frecuentemente a provincia e incluso para entregar quesos y leche en otro negocio también de su propiedad. En 1954 ocurrió un incendio y la moto quedó inutilizada hasta que, en 2008, Hermann Rowold, hijo, accedió a venderla.
A este admirable Restaurador, la R-17 le impondría problemas singulares. En principio, las partes para esta moto son prácticamente inexistentes, y las que hay se cotizan a precios estratosféricos y frecuentemente no están completas. Éste fue el caso de los carburadores, dos AMAL/Fischer que quedaron inutilizados por el fuego. El Restaurador pudo localizar dos de ellos en Europa, pero sin los componentes internos. Dado que el plan era restaurar la moto a condiciones operables, ésta no era una solución aceptable. Tras mucho buscar localizó un par de Bing muy parecidos a los AMAL, y susceptibles de instalarse en la R-17. Otro problema fue encontrar los hules de la moto, ya que carecía de ellos. Pero el Restaurador, emprendió otra intensa búsqueda durante la cual se encontró con que los mexicanos tenían muy mala fama en Alemania, por las contestaciones ya mencionadas. Los comerciantes que estaban dispuestos a tratar con él no aceptaban tarjetas de crédito ni cheques, solamente giros bancarios, con las consiguientes complicaciones.
A través de todo el proyecto tuvo que fabricar varias partes a mano e incluso construir herramienta especial para desmontar los principales componentes y restaurarlos. Otras partes se tuvieron que buscar por toda Europa. La tapa del distribuidor, por ejemplo, tomó más de seis meses saber dónde podría estar, y cerca de 1 000 horas en internet para localizarla con exactitud. Sorprendentemente, al llenar de aire los neumáticos originales se encontró con que aún eran capaces de retenerlo. Sin embargo, el hule estaba en muy malas condiciones y se tuvieron que cambiar por Metzelers nuevos, pero de dibujo antiguo.
Los escapes también estaban muy corroídos, por lo que se fabricaron otros con tubo nuevo, pero de un diámetro que fue extraordinariamente difícil de obtener. El Restaurador es enemigo del sandblasting (limpieza con abrasivos) de motores que, si bien rinde resultados atractivos a corto plazo, con el tiempo ocasiona que el metal se ennegrezca y sea imposible de restaurar nuevamente. En lugar de eso el motor se desarmó totalmente y se limpió a mano pieza por pieza. El velocímetro estaba inutilizable y fue objeto de otra búsqueda global hasta localizar una reproducción exacta en Estados Unidos. De los dos rines uno estaba impecable y el otro muy oxidado, por lo que fue necesario adquirir uno nuevo en Europa. Finalmente, en octubre de 2009 se echó a andar con buenos resultados el motor que se estima había propulsado a la moto por más de 110 000 kilómetros. Tanto éste como la transmisión funcionan ahora impecablemente.
El proyecto terminó con la pintura clásica negra y el fileteo blanco por parte del renombrado maestro Luna, uno de los pocos artistas fileteadores a mano que quedan en México. Además, el resultado final, fue presentado en Expo Moto 2014, año en el que fue homenajeado el Sr. Hermann Rowold. Éste quedó tan impresionado con la moto que se bajó de su silla de ruedas para poderse subir a la motocicleta que su padre habría importado, motocicleta que nunca pensó que volvería a ver, mucho menos montar. En cuanto al Restaurador insaciable,  se encuentra actualmente enfrascado en la búsqueda global de una R-32, la primera BMW de la historia, y una de las motos más apreciadas del mundo. Un gran abrazo a nuestro amigo Restaurador y nuestros mejores deseos por su éxito en ese nuevo proyecto.

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